Aprovechando que los policías habían salido
del coche, puso azúcar en el depósito de
gasolina para evitar que pudieran perseguirle.
Parecía un payaso, vestido todo de negro,
con su paraguas colgado del brazo y su bombín haciendo juego.
Trabajaba en la morgue, y tuvo la idea de
cometer un atraco y esconder allí su botín
suponiendo que, entre los cadáveres,
estaría a salvo de miradas indiscretas.
No se salió con la suya..
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Claro ..si los muertos también aman
ResponderEliminaruf amiga y se crei que nadie le veria uf valiente tonto de listo poco tuvo un muasckkkkkk
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