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Reflexiones

Compartiendo mis reflexiones.

Desgana

Tengo sueños bohemios en los que las noches son infinitas, con una mezcla de situaciones irreales que hacen que vea mi destino envuelto en una nube de ausencia, donde mi vida transcurre lentamente.

Siento que mis pensamientos se enhebran unos con otros y yo, ajena a toda realidad, intento mantener la esperanza de encontrar un sueño, una ilusión, que me permita continuar con los pies enraizados al suelo.

No quiero interpretar mis sueños, no quiero percibir una falta de responsabilidad hacia mis anhelos incumplidos. Necesito sentir que hay tiempo, que aún puedo sujetar el péndulo que enmarca mis decisiones y no dejarme someter a la desidia.

Sé que no puedo controlar mis sueños, pero sí puedo intentar hacer algo con mi tiempo

La buena amistad

La buena amistad  no es que seas el núcleo de sus confidencias cuando está necesitado, lo es que sigas siendo su amigo cuando te da de lado.
Y, a todos, en algún momento, nos han dado de lado.

Secretos de tiempo

Era escuchar sus pasos y aflorar su sonrisa. Todo su mundo vibraba y su corazón, ajado por el tiempo, se recomponía en infinidad de colores, cada vez que vislumbraba la silueta del su esposa recorriendo el camino de entrada a casa.

Compartir sonrisas, sueños,  vida...

Un recuerdo...

Y en mi memoria, siempre
tan persistente como el tiempo,
hay un recuerdo...

Tristes horas las pasadas...

Y es, tomando un café, que acuden mis
 pensamientos como si los
 trajera el viento.

Son recuerdos de una vida marcada por el
 silencio y la ausencia de
 sueños.

Tristes horas las pasadas hasta llegar a
 este punto de calma y
 sosiego...

®MariE

Cada vez que te rompas...

Cada vez que te rompas intenta recomponerte. Es el intento lo que te hace fuerte y da sentido a tu esfuerzo...

Añoranza...

La añoranza de un ser querido, hace
 latir el corazón con tanta fuerza que
 la esperanza, y el creer en un
 reencuentro, hace que el
 sentimiento más escondido, aflore
 de nuevo...

Impotencia...
Pena...
Rabia...

Hoy el viento...

Hoy el viento acompaña mis soledades, hechas de tiempo y silencios.

Sólo tú miras impertérrito la calma de mis sollozos.

Vida, sueños...

Aire fresco

Hay recuerdos...

Hay recuerdos que se atesoran en el alma, como reflejo de unos sueños que perduran a través del tiempo.

Ilusiones...

Miedos...

Deseos...

Difícil se hace el olvido...

Difícil se hace el olvido al recordar tus palabras mencionando la sinceridad, cuando lo cierto  es que  fuiste, solamente, la fantasía de mis sueños.

Extraño la idea que me forjé de un sentimiento que, hoy, prefiero recordar en silencio.

Con el corazón en la mano...

Con el corazón en la mano y el alma destrozada, gritaba al viento la verdad de sus palabras esperando que la creyera.

Se apagó el sol en su vida y la tristeza empezó a dejar en su semblante su huella...

Porqué no es posible?

 ¿Por qué no es posible que se acabe con la guerra y la paz  llegue a todos los rincones del planeta?.

¿Acaso no sería mejor repartir sonrisas que lanzar misiles?

Vergüenza de gobernantes, que priman el dinero que les dejan las armas por encima de la vida humana.

Mi abuelo...

 Poco antes de que los domingos fueran amargos, solíamos ir a misa por la mañana, con la ropita nueva que, cada año, para el día de Todos los Santos, nos compraban.

Mi abuelo, a escondidas y muy discretamente, me daba cinco pesetas que, después, mi abuela me quitaba.

Cogía mi bicicleta y salía disparada a darme golpes por aquellas cuestas empinadas. No tenía noción alguna sobre el miedo, me dejaba caer hasta romper los frenos y, asfixiada, volvía a subir aquella cuesta endiablada.

Hasta que se durmió en su sueño eterno.

Mi mayor cómplice, mi amigo, mi abuelo...

Se apagaron los domingos por mucho tiempo.

 Aún hoy los recuerdo...

Todo acaba

Hay surcos en mi cuerpo abiertos por su aliento.
Caminos sinuosos, recorridos por un tren de nostalgia y una maleta de besos perdidos.

Con un adiós, buena suerte...

Todo acaba...

No se salió con la suya

Aprovechando que los policías habían salido
del coche,  puso azúcar en el depósito de
gasolina para evitar que pudieran perseguirle.
Parecía un payaso, vestido todo de negro,
con su paraguas colgado del brazo y su bombín haciendo juego.

Trabajaba en la morgue, y tuvo la idea de
cometer un atraco y esconder allí su botín
suponiendo que, entre los cadáveres,
estaría a salvo de miradas indiscretas.

No se salió con la suya..

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