No se muy bien cuando, ni en qué momento,
comenzamos a intercambiar palabras.
Un día, un saludo obligado, otro, un como
estás, por compromiso.
Y así, pasando los días, comenzaste
a llenar un hueco.
Pasaste de ser desconocido,
a ser amigo indispensable.
Compartimos letras, compartimos palabras,
compartimos risas, compartimos enojos,
compartimos silencios, compartimos
confidencias, y a pesar de la distancia,
compartimos alma
y muchos pensamientos...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Cada palabra vuestra me ayuda a crecer y mejorar como persona.¡Gracias!