Hay rincones en el alma, con heridas tan abiertas, que hacen que nuestra mente, sin entender de letras, escriba los versos más bellos.
El desvelo del cuerpo provoca desgarros profundos, noches de insomnio y luna nueva. Y, cuando la emoción se desborda, el llanto, siempre a la espera, acude ráudo y, con cada lágrima, brota un poema..
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